Revista digital "LA TORRE"

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lunes, 16 de marzo de 2015




LITERATURA

Concurso de microrrelatos








Relato de Claudia Gálvez  Rubio
 1º B




LA OLA QUE ME PUSO NOMBRE






Seguía encerrada en aquel lugar escuchando ese latido de corazón que me relajaba y la voz de mi madre al esperar a que yo saliera.
Llevaba seis meses con vida y ya sentía el amor de mi madre desde mi cabeza hasta los deditos de mis pies.
         Aún no estaban seguros de qué nombre iba a aparecer en mi familia.
         Creo  que era un sábado cuando escuché las olas del mar rompiendo en las rocas. Puede que no lo viera, pero tanto a mi madre como a mí nos gustaba sentirlas.
         La voz de mi madre hizo que aquella ola fuera mi nombre, sin dudarlo. Querían que fuera como  esa ola que chocaba contra las rocas y se rompía, se levantaba y volvía a intentarlo, por eso esa ola se llamaría Esperanza.
         Falta poco para que pueda salir de esa casita calentita que me acogía, salir con ganas de ver el mundo, ¡como que me llamo Esperanza!, y ver las caras de mis padres y aquella ola que me puso nombre.
         Me quedaba sin sitio, yo quería salir, por ese motivo mis padres se fueron al hospital. Daba patadas sin sentido, quería ver el mundo, pero no deseaba lastimar a mi madre.
         Por fin salí de aquel lugar saludando con llantos y gritos sin parar. La verdad es que no me gusta nada la bienvenida con azotes en el culito y pensaba que iba a ser menos doloroso y más colorido, ya que vi que ese lugar era triste sin color.
         Solo en un minuto el jaleo se había formado. Me llevaron a otra sala y no sabía lo que pasaba, pero no querían que viera a mi madre.
         Pude irme con mi padre después de pasar horas con una enfermera. Al verle la cara, se me alegré con una sonrisa, pero mi padre escondía algo en su corazón.
         Tengo ya siete años y mi padre me está enseñando a surfear y en ello dedico casi todo mi tiempo, aparte de ir al colegio. Mi madre murió en el hospital.
         Puede que suene raro, pero aún recuerdo su dulce voz, esa voz que me esperaba para verme al nacer. Ella me salvó la vida, sin ella no habría podido contar esta historia.
         Me hubiera gustado ver su cara, ver mi madre peinándome frente al espejo.
         En el colegio, los “alumnos monos” como les llamo yo, se burlan de mí, dicen que mi madre me abandonó, pero yo no les creo y siempre les digo que ella nunca se ha ido porque es la roca que rompe mi ola, porque intenta que la ola le supere.
         Hoy cumplo diez y seis años. Dice mi padre que tiene un regalo especial para mí. Me dio un álbum de fotos y no me imaginaba lo que podía ser, pero al ver la primera página vi que había un mensaje de mi madre:
         “ HOLA, ESPERANZA, SOY TU MAMÁ, PUEDE QUE NO ME CONOZCAS, PERO TE QUIERO MUCHO Y OJALÁ TE HUBIERA CONOCIDO. TU PADRE Y YO YA SABÍAMOS QUE ESTO IBA A PASAR. TENÍAMOS DOS OPCIONES: MORIR TÚ O MORIR YO, Y YA SABES CUÁL FUE EL RESULTADO.
         QUIERO QUE SEPAS QUE SIEMPRE TE APOYARÉ AUNQUE NO ME ESCUCHES, QUE YO SERÉ LA OLA QUE TE EMPUJE HACIA TUS SUEÑOS”
                                                        Con cariño, tu mamá.

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