LITERATURA
Concurso de microrrelatos
Relato de Claudia Gálvez Rubio
1º B
LA OLA QUE ME PUSO NOMBRE
Seguía encerrada en
aquel lugar escuchando ese latido de corazón que me relajaba y la voz de mi
madre al esperar a que yo saliera.
Llevaba
seis meses con vida y ya sentía el amor de mi madre desde mi cabeza hasta los
deditos de mis pies.
Aún no estaban seguros de qué nombre iba a aparecer en mi
familia.
Creo que era un
sábado cuando escuché las olas del mar rompiendo en las rocas. Puede que no lo
viera, pero tanto a mi madre como a mí nos gustaba sentirlas.
La voz de mi madre hizo que aquella ola fuera mi nombre, sin
dudarlo. Querían que fuera como esa ola
que chocaba contra las rocas y se rompía, se levantaba y volvía a intentarlo,
por eso esa ola se llamaría Esperanza.
Falta poco para que pueda salir de esa casita calentita que
me acogía, salir con ganas de ver el mundo, ¡como que me llamo Esperanza!, y
ver las caras de mis padres y aquella ola que me puso nombre.
Me quedaba sin sitio, yo quería salir, por ese motivo mis
padres se fueron al hospital. Daba patadas sin sentido, quería ver el mundo,
pero no deseaba lastimar a mi madre.
Por fin salí de aquel lugar saludando con llantos y gritos
sin parar. La verdad es que no me gusta nada la bienvenida con azotes en el
culito y pensaba que iba a ser menos doloroso y más colorido, ya que vi que ese
lugar era triste sin color.
Solo en un minuto el jaleo se había formado. Me llevaron a
otra sala y no sabía lo que pasaba, pero no querían que viera a mi madre.
Pude irme con mi padre después de pasar horas con una
enfermera. Al verle la cara, se me alegré con una sonrisa, pero mi padre
escondía algo en su corazón.
Tengo ya siete años y mi padre me está enseñando a surfear y
en ello dedico casi todo mi tiempo, aparte de ir al colegio. Mi madre murió en
el hospital.
Puede que suene raro, pero aún recuerdo su dulce voz, esa
voz que me esperaba para verme al nacer. Ella me salvó la vida, sin ella no
habría podido contar esta historia.
Me hubiera gustado ver su cara, ver mi madre peinándome
frente al espejo.
En el colegio, los “alumnos monos” como les llamo yo, se
burlan de mí, dicen que mi madre me abandonó, pero yo no les creo y siempre les
digo que ella nunca se ha ido porque es la roca que rompe mi ola, porque
intenta que la ola le supere.
Hoy cumplo diez y seis años. Dice mi padre que tiene un
regalo especial para mí. Me dio un álbum de fotos y no me imaginaba lo que
podía ser, pero al ver la primera página vi que había un mensaje de mi madre:
“ HOLA, ESPERANZA, SOY TU MAMÁ, PUEDE QUE NO ME CONOZCAS,
PERO TE QUIERO MUCHO Y OJALÁ TE HUBIERA CONOCIDO. TU PADRE Y YO YA SABÍAMOS QUE
ESTO IBA A PASAR. TENÍAMOS DOS OPCIONES: MORIR TÚ O MORIR YO, Y YA SABES CUÁL
FUE EL RESULTADO.
QUIERO QUE SEPAS QUE SIEMPRE TE APOYARÉ AUNQUE NO ME
ESCUCHES, QUE YO SERÉ LA OLA QUE TE EMPUJE HACIA TUS SUEÑOS”
Con cariño,
tu mamá.