EL HUERTO EN EL INSTITUTO
Artículo redactado por Miguel Ángel Márquez
Humanes, 4ª curso de la ESO
Cada día proliferan más los huertos urbanos en parcelas municipales, en los colegios, en terrazas y patios. Se trata de una labor que ofrece numerosos beneficios, por lo que en el IES El Picacho se ha tenido en cuenta como actividad docente. Los alumnos cultivan brócoli, lechuga, acelgas, coliflores, hierbabuena, perejil, fresas, zanahorias y otros productos de temporada, además de flores de diversa índole para decorar. La idea del huerto partió del departamento de orientación y tiene como finalidad potenciar unos valores que están ligados directamente con la riqueza que produce la tierra. Habrá quien piense que puede llegar a ser costoso. Naturalmente hay que partir de una cierta financiación -por pequeña que sea- pues un huerto necesita de un fondo y de herramientas de uso como (azada, rastrillo, pala, tenazas, tijeras de podar, carretilla, regadera, etc) A continuación, vamos a exponer algunas de las ventajas que tiene crear un huerto en un instituto:
1. Conectar con la tierra: A los niños les encanta estar en contacto con la naturaleza. En los huertos tienen la oportunidad de disfrutar del fruto que produce la tierra en todo momento. Descubrirán que es una actividad divertida y llena de novedades. Al comprender cómo funcionan las cosechas, el alumno se enraíza con la Tierra y toma contacto con el mundo que le rodea.
2. Pasar tiempo en comunidad, con los compañeros: Cultivar un huerto es una actividad para hacer en conjunto. Los niños de todas las edades pueden participar moviendo la tierra, regando o recogiendo los frutos.
3. Más frutas y verduras: Los niños que cultivan sus propios vegetales suelen estar más dispuestos a probar éstos y otros alimentos procedentes de la naturaleza. Normalmente son más propensos y se acostumbran más a comer frutas y verduras, cosa que escasea mucho en la sociedad en la que vivimos actualmente.
4. En el IES "El Picacho" este tipo de cultivo crea un fondo común que ayuda a hacer otras actividades en el centro. La venta de los productos de la tierra a los profesores da beneficios económicos que se utilizan para realizar algunas actividades extraescolares.
5. Estar en contacto con el aire libre, lo cual permite estar alejados de las pantallas, de los móviles, ordenadores, videoconsolas, etc. Se trata de una opción educativa más.
6. Herramienta educacional: Muchos niños urbanitas apenas saben de dónde proceden los alimentos, salvo aquello que estudian en el colegio, comprobando si es de origen animal o vegetal. Sin embargo, pocos saben si los pimientos se recogen de una mata o de un árbol o de dónde vienen las lentejas.
7. Responsabilidad: Para mantener un huerto es necesario establecer las diferentes tareas que hay que realizar y asignar roles a los distintos miembros de los alumnos. En este caso, el huerto lo están llevando los alumnos de compensatoria (1º y 2º de la ESO). El trabajo en el huerto puede motivar más a este tipo de alumnos, con carencias afectivas e intelectuales.
8. Reduce el estrés: En el huerto se viven momentos tranquilos, ya que no es una actividad en la que sea necesario seguir un ritmo veloz, sino un orden sencillo y rutinario que va cambiando según la temporada. En los huertos se viven momentos silenciosos y, de hecho, se usa como terapia para alumnos hiperactivos o con problemas.
9. Paciencia a raudales: Siguiendo la línea de los beneficios contra el estrés, además de fresas o tomates, en un huerto se cultiva la paciencia. Para conseguir los resultados hay que esperar varias semanas, algo a lo que no estamos acostumbrados en la actualidad. Por eso es interesante organizar las semillas de manera que tengan diferentes momentos de crecimiento para que los niños no pierdan la ilusión del principio.
10. El ciclo natural: Así, mientras cultivan su paciencia, también aprenden cómo funciona el ciclo de la naturaleza, comprobando cómo una semilla se convierte en una planta y cómo, en su caso, de ella se obtienen los frutos. También verá cómo afectan las estaciones ya que podrán darse cuenta de que las plantas necesitan una frecuencia de riego diferente en verano que en invierno.
11. Más fresco que ninguno: El huerto nos permite consumir alimentos más frescos.
12. Satisfacción personal: Tanto los niños como los adultos sienten una satisfacción personal al recoger sus hortalizas, al comprobar que todo trabajo tiene su fruto.
13. Observación de la naturaleza: La naturaleza es variada y casi infinita. Tiene de todos los colores y sabores.
14. Conocer, amar y cuidar de la naturaleza: Todo esto hará que los niños conozcan más la naturaleza y al conocer sus secretos harán que la amen más y se preocupen por cuidarla y conservarla, empezando por su entorno más directo.
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